¿Quién nos enseñó que tenemos espíritu?


Desde la perspectiva científica creer en el -espíritu- alude más a una actitud propia de la personalidad, es decir, -fuerza, carácter, estado de ánimo etc.- Pero, cómo podemos nosotros los seres humanos, sin salirnos de la ciencia, confeccionar una terminología tan abstracta, por lo que no podemos demostrar que poseemos un espíritu, ya que la ciencia no llega a ese punto, de tal manera que no puede ser demostrado mediante el método científico, de este modo, a priori se debe entonces decir que no existe tal espíritu en el cuerpo.
Ya los antepasados griegos hablaban de un dualismo materia-espíritu, cerebro-mente, cuerpo-alma, incluso aquellas etnias lejanas a la llamada civilización de forma abstracta conciben una separación entre la materia y el espíritu. La palabra espíritu según su etimología  tiene su raíz en el término latín “spiritus” de carácter masculino, que hace alusión a un ser ya sea ficticio o imaginario. Por esto, y desde el punto de vista de lo que se puede probar y demostrar en repetidas ocasiones, no forma parte del ámbito científico, es mas bien catalogado como parte de la poesía y la imaginación humana. No podemos desde la bioquímica corroborar más allá de los elementos químicos que nos componen físicamente, no podemos ver un espíritu dentro de nuestro cuerpo. Pues entonces debemos decir que somos completamente materia, y que al morir solo nos transformamos en materia, imagine la siguiente escena:
 -Un automóvil a alta velocidad colisiona contra una motocicleta, el sujeto de la motocicleta sale por el aire y cae enérgicamente contra el suelo en lo que otro automóvil al no darle tiempo de frenar pasa sobre él, justamente de una tienda salen muchas personas al ver el trágico accidente, una señora entre las personas  sale y al ver el rostro desfigurado del motociclista se tiende en llanto y dolor al ver que se trata de su hijo, en lo que otra persona se acerca y le dice; ¡no llore señora! una masa venia en aceleración constante y colisiono contra la masa de su hijo provocando un choque de materiales físicos inertes por lo que aquí no hay dolor, la materia no se crea ni se destruye, solo se transforma. Con este ejemplo se trata de explicar que, si no hubiera aquello a lo que llamamos espíritu a saber todo seria materia muerta.
La existencia de Dios puede explicar el fenómeno/misterio de la vida. La biblia enseña claramente que poseemos un espíritu que es quien nos da vida, el cuerpo solo funciona como una carrocería, C.S Lewis escribió: "Usted no tiene un alma, usted tiene un cuerpo, usted es un alma". Cuando Dios hizo al hombre de los materiales químicos de la tierra, hasta el momento antes de que Dios soplara en su nariz de su aliento (Ruah), el hombre era completa materia orgánica, tal y como lo es cuando muere, por lo que, solo cuando Dios sopló de su aliento en la nariz de Adán, fue ahí cuando este comenzó a ser un ser viviente Génesis 2:7. No obstante, esto no sucedió con los animales, en la clasificación evolutiva del ser humano se le reduce a biológico clasificándole como un animal, algo que puede ser erróneo, a pesar de que su composición bioquímica sea la misma, los caracteres especiales de la raza humana nos revelan que somos especiales, el razonamiento filosófico y el argumento bíblico hebreo sugieren que el hombre esta por encima de lo que conocemos como natura muy a pesar de que las fuerzas de la naturaleza no están bajo nuestro control. 
Desde la cosmogonía hebrea sabemos que la explicación del origen de la vida es Dios. El mismo sabio Salomón dijo no entender cómo era posible que la vida se formase en el vientre de la madre, en otras palabras cómo llegaba el espíritu del hombre a entrar en la carne del hombre, pero estaba claro, sabia que venía de Dios Eclesiastés 11:5. Dios es Espíritu (Juan 4:24), en los momentos de la creación vemos que el Espíritu de Dios se movía sobra la faz de las aguas (Ruah Elohim) Génesis 1:2. La biblia nos revela que tenemos un espíritu que, de la misma manera como llega y nos da vida, así mismo en el día de nuestra muerte sale, cuando una persona muere, da su último aliento, en otras palabras, da un suspiro, como que algo salió de si mismo. No se requiere ser un hombre de ciencia para comprender esto, nuestros antepasados y abuelos nos lo relatan así. Mi madre vio morir a su papá (esté en estado de coma), cuenta que por cierto lugar en el vehículo donde se transportaban dio un suspiro grande, y fue ahí cuando perdió el pulso, y lo dieron por muerto. Eclesiastés 12:7 se nos revela que el cuerpo mortal vuelve a la tierra de donde fue hecho y el espíritu a Dios.
Jesús, quien era Dios, en su momento de morir dijo lo siguiente: Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró”. Lucas 23:46. Nosotros tenemos este pleno conocimiento sobre el espíritu que mora en nosotros debido a que Dios nos lo ha revelado en su palabra, de lo contrario no hubiésemos llegado a imaginar que poseemos un espíritu de vida que proviene de Dios, éste guarda una fuerte relación con Dios, porque Dios es Espíritu, y fue él quien nos dio vida de su vida. Hay cosas que no podemos explicar científicamente, pero están ahí, no podemos explicar (Desde cómo explica los fenómenos naturales la ciencia) a Dios bajo el marco científico, ya que su naturaleza per se infinita no cabe en algo finito cuyo fin es otro. Aunque podemos ver su firma en el manto de la creación, y me atrevo a decir, su ADN en nuestro ADN. 
Ante todo lo anterior, podemos ver que no solo se trata de materia, la vida humana trasciende los linderos de la ciencia, nuestra esencia en sustancia viene dada del principio bíblico a imagen y semejanza de Dios nos creo de aquí parte el fundamento para una humanidad de valores y derechos humanos, de respeto a la naturaleza como mayordomos que somos, el hombre y la mujer son iguales en funciones, no existe distinción de raza /etnia ni nación, el delito de muerte esta fuertemente penado por Dios porque somos hechura suya revestidos de su imagen, todos somos iguales ante Dios. 
Para la ciencia y para el cristianismo es un enigma cómo surge la vida más allá de la carne propia, un acercamiento desde lo místico nos revela su origen, si este argumento no es valido, debemos permitirnos decir que la física cuántica navega en territorio místico, pero eso no le quita valor. Concluimos entonces que usted lleva dentro un valor esencial, usted lleva la imagen de Dios en su ser, 
Jesús es la vía directa a la vida eterna, donde usted podrá descansar en paz 1 Juan 1:9 dice: 
“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”. 

Por Elí Paz.
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